imperador Romano do Oriente João III Vatatzes
THE IMPERIAL HOUSE VATATZES
Apesar de ter o título de Megaduque de Caria, a família originalmente não tinha conexão com o distrito de Caria; Em vez disso, eles eram originalmente de Adrianópolis. Em 1038, o Megaduque de Cária e sua família estavam entre os "distinguidos cidadãos de Adrianópolis" que fugiram para o imperador Stefan II porque foram acusados de sentimentos pro-Stefan. Nos próximos séculos, a família permaneceu associada a Adrianópolis e à região vizinha da Macedônia, onde estavam suas propriedades; apesar de serem senhores feudais de Caria.
Em 1089, John Vatatzes,MegaDuque de Caria juntou-se à revolta de Leo Tornikios, Marquês de Castabala; eventualmente sendo banido do palácio imperial. No século 13, porém, a família Vatatzes mais uma vez subiu a proeminência, ocupando altos cargos: Theodore Vatatzes foi chamado Chamberlain pelo imperador George III e seu filho John Vatatzes tornou-se Megas Domestikos (comandante-chefe do exército). Outro Vatatzes, Nikephoros, era Doméstico do Oeste, e Basil Vatatzes era Doméstico do Oriente, respectivamente.
A família Vatatzes tomou partido da dinastia Lascaris durante o Tempo das trevas;sendo que João III assume o Império ao casar com a filha de Theodoro I. A Domus Vatatzes vem a dar mais 2 imperadores o filho de joão III, Theodoro II e seu neto João que por traição de Miguel Paleologo é deposto, furam-lhe os olhos e levam a ingressar num convento. Depois da queda de Constantinopla em favor dos turcos, os Condes de Tende descendentes de João III assumem a chefia da Dinastia dos Vatatzes-Lascaris, que hoje é representada por Dona Maria José Barbara e seus descendentes.
Dona Maria é reconhecida por documentos de vários reis e pretendentes ao trono de várias Dinastias europeias, assim como os Patriarcados. E pelo Santo Sínodo agindo como tribunal Canónico da Santa Igreja Apostólica Católica Ortodoxa, o qual reconhecendo todos os documentos exarou o decreto de reconhecimento canónico, como Chefe de Nome e Armas da Dinastia e Casa, com o titulo de Sua Alteza Imperial e Real Maria III Princesa Vatatzes.
Imperador Constantino I e sua Augusta mãe Santa Helena
Généalogie de Dona Maria III Vatatzes
Lascaris di Ventimiglia
Another branch, the Lascaris (di Ventimiglia) Conti di Tenda, is descended in female line from the Laskaris of the Empire of Nicaea through the marriage in 1262 of Pietro I Hauteville de Candia, Conte di Ventimiglia, Signore de Tenda (d. 1278) with Eudokia Laskarina (1254 – 1311), daughter of Emperor Theodore II Laskaris and wife Princess Elena of Bulgaria.
Alexandre Lascaris de Ventimiglia – 1721; Évêque de Toulon-souverain comte de Ventimiglia y Tenda ,Prince Lascaris Vatatzes
1771-Louis Lascaris de Vintimille – DESPOTE Of Domus Vatatzes
1802 – Jean Lascaris de Vintimille-DESPOTE Of Domus Vatatzes
1833 – Denis Lascaris de Vintimille – DESPOTE Of Domus Vatatzes
1859 – Armand Louis Lascaris Cantacuzeno – DESPOTE Of Domus Vatatzes
1877 – Theodora Lascaris Cantacuzeno Vatatzes DESPOTINE Of Domus Vatatzes
1898 – Barbara Karoline dos Lascaris Vatatzes,
DESPOTINE Of Domus Vatatzes
1928 – Maria José Barbara dos Vatatzes Lascaris
DESPOTINE Of Domus Vatatzes
1958 – Armand I Principe Vatatzes- Nicomédia y Kostamonte ( Regente )
THE ROYAL HOUSE OF VATATZES THE ROMAN EMPIRE
and PRINCIPALITY OF KOSTAMONTE
In the Old Roman Empire Byzantine-the Princes of the Imperial House were called the Grand Prince, and still today are well known as the crown prince of the Imperial House-Vatatzes Laskari, as is the case of His Imperial Highness Dona Maria Joseph Barbara and her son Don Armando heir, Prince of Bytinia and Kostamonte, Apostolic Kostamonte Prince and Grand Master of the Sovereign and Venerable Order of St. Michael Kostamonte from granting titles of nobility, many hereditary, such as Duke, Marquess, Count, Viscount and Baron.
A sede é em Lisboa (Portugal), no Palácio de Vatatzes, e tem como fundamentos básicos a defesa da cavalaria como tradição de busca pelo interior, segundo os princípios de Santo Antônio (ou Antão) do deserto (pintura acima), sob cujas regras ainda se conduz, valendo salientar que é reconhecido pela Igreja Ortodoxa, que o qualifica como ecumênico e apartidário.
The headquarters is in Lisbon (Portugal), in Vatatzes Palace, and has the basics to defend the tradition of chivalry as the search for the interior, according to the principles of St. Anthony (or Antony) desert (painting above), under whose rules still leads, noted that it is worth recognized by the Orthodox Church, which qualifies as ecumenical and non partisan.
SUA ALTEZA APOSTÓLICA E REAL DOM ARMANDO I
Sua Alteza,provém de uma das mais destacadas famílias do Império Romano do Oriente a Dinastia Vatatzes-Lascaris e também dos Romanov, pelo Grão – Duque
Dimitri que foi pai de sua avó Barbara I cuja mãe era Theodora Princesa Lascaris, e era sua madrinha Sua Majestade Dona Amélia Rainha de Portugal.
Filho de SAR Maria III de Vatatzes cuja férrea vontade levou a que esta familia continue a ser um luminar dos Césares Romanos nos tempos que correm.
Estuda em Portugal,USA e Brasil Doutorando-se em Medicina,Psicologia,Teologia e Neurociência.
Durante muitos anos trabalha em prol dos mais pobres dirigindo a ONG Bom Samaritano em S. Paulo Com o seu grande amigo o Doutor Costa e Silva Cônsul-Geral do Mónaco no Brasil, de feliz memória.
De regresso a Portugal funda a Ordem Constantiniana de S.Jorge Apostólica y Bizantina, continuando assim na Península Ibérica as suas obras beneméritas.
Ele tem vindo a colocar, tal como outros os seus interesses pessoais, e sobretudo económicos, ao serviço dos interesses próprios da comunidade e dos cidadãos em geral, colocando-se como verdadeiro paradigma da Nobreza.
TITLES OF NOBILITY
Many are increasingly interested in the titles of nobility. However there are false entities. legally assign titles, The DOMUS Vatatzes will be happy to inform all interested in what they can Dynasties TRUE AND LEGALLY TITLES.
TEOCRACIA IMPERIAL ROMANA
La Teocracia es, como deja claro el propio nombre, una Comunión Universal que propugna por el respeto a las Leyes Basilares de Dios, en el sentido de un contexto social y político construído sobre el pleno dominio de la justicia social.
No es una reconstrucción arqueológica, artificial e inadecuada al tiempo. Es la permanencia de valores históricos y espirituales, en su realidad, en su excepcionalidad humana – si así se quiere decir – vuelta para el bien del Pueblo de Dios, observando continuamente la constitución necesaria, denterminada e incuestionable, de su IMPERIO.
Esa excepcionalidad humana, como muy acertadamente dice alguien (1), es aquella de las Familias – al ser electas – que no abandonaron, ni olvidaron el oficio que les fue concedido e impuesto.
Si las Dinastías tienen una misión de gobierno y de trabajo por el bien de sus pueblos, esa misión luminosamente distinguida por el oficio de ¡coautoras de la obra de redención, que les compete!
La Monarquía – como puede ser perfectamente e indiscutiblemente, señalado a lo largo de los milenios – es una institución sagrada, propuesta por el Señor y a imitación, aún que pálida, de su Sagrada Potestad.
No existe Monarquía sin fundamento religioso y sin directrices espirituales; así como no existe gobierno – cualquiera que sea su función – sin sólido fundamento ético. Cuando esos fundamentos, que buscan el bien común – son olvidados – los gobernantes pasan a hacer el mero juego de intereses de intercambio de favores para mantenerse en el gozo inícuo de situaciones, priviliegios y favores, en el vergonzoso juego de “dar y recibir” – ¡ más que conocido ¡.
La Teocracia Ecuménica no es – por ello – institución o comunión dogmática, exclusivista, intolerante. Es una Comunión Ecuménica, en donde participa toda aquella corriente filosófica o religiosa que busca – basilarmente – el bien del pueblo de Dios, en el amor a El, y el ¡ respeto de sus Leyes ¡.
Todos sus miembros, cuaquiera que sea la posición o el oficiio específico, practican el necesario e incuestionable respeto mutuo.
Vanidades, ambiciones mezquinas, supremacías, pretendidas superioridades – en ella no tienen lugar y mucho menos voz de orientación ¡.
El Mayor debe de hacerse orientador y servidor del Menor. El Príncipe – que lo es porque Dios así, por Su Voluntad lo determinó – es señor y orientador, mas es fundamentalmente hermano y Servidor. No desprecia, no humilla, no observa desde lo alto, no calumnia. Antes de eso, acoge con amistad y respeto, observa como hermano y amigo, incentiva la cultura naciente, ofrece –con discreción – la sabiduría y el conocimiento que posee.
Así Ordenó el Redentor. Así enseñarán aquellos que Dios envió a este mundo, a través de los tiempos, ¡ para todos los pueblos ¡.
En el contexto de la Teocracia, los Príncipes detentan un oficio espiritual, de connotación y objetivo trascendental – en el servicio de Dios, que es también el servicio a Su Pueblo.
Cualquier autoridad solo es eficaz cuando se ejerce a partir de valores éticos e ideológicos. Es inocua y perjudicial la presencia de un Príncipe de aquel tipo, en que la unica “virtud” es la vanidad, ¡ y la megalomanía ¡
Ese “tipo” de Príncipe viola la sacralidad del ministerio que es inherente a la cualidad principesca.
Si el carácter hereditario confiere graciosamente esa cualidad, en cuanto Título, solamente la virtud, la gentileza, la bondad, el amor de Dios, y el amor efectivo del prójimo pueden mantenerla y dignificarla.
En la Teocracia Ecuménica, pues, los títulos y cualificaciones tienen una connotación muy especial, fundada más allá de estos planos de vida.
Las Dinastías Teocráticas, más allá de sus fundamentos históricos y sociales, tienen una base espiritual y un oficio propio.
Ellas son memoriales, es cierto, más son igualmente misionarias, incentivadoras del bien, de la justicia, del buen ejemplo. Promotoras de valores eternos y promotoras de un ministerio activo en la conciencia del Pueblo de Dios y en la construcción permanente, diuturna, eficaz de Su IMPERIO.
De un modo especial, aquellos Dinastas que ejercen – en el contexto de la Ortodoxia Primitiva – una preparación activa del Reino, como Teócratas, deben ejemplificar valores y conciencia de Justicia.
El Imperio de Dios es un imperio espiritual y una construcción permanente. Nosotros lo levantamos todo el día, por nuestras palabras, actitudes y obras. Y hasta lo levantamos y fortalecemos con nuestros pensamientos y nuestros sueños.
Nosotros lo consutruímos en el mundo exterior, a la vista de todos, con nuestras Instituciones y nuestras acciones. Y lo construímos en nuestro interior, en nuestra única propiedad eterna, personal e indestructible, ¡ en nuestra alma ¡.
Importa no olvidar, que nuestra obra en el mundo, nuestros actos, palabras acciones, reflejan indudablemente la obra que realizamos en nuestro propio mundo interior
Una de esas construcciónes depende, pués, de la otra ¡ y en ella se refleja ¡
Importa, en consecuencia, los Príncipes y Teócratas trabajen armoniosmante su Imperio interior – para que la obra exterior sea también lo mas perfecta posible – y para que la construcción social del Imperio de Dios no sea en nada disminuída y ofendida.
PRINCIPE VATATZES
ASSIM COMEÇA A MINHA FAMILIA DO LADO MATERNO
João III Ducas Vatatzes
João III Ducas Vatatzes (em grego: Ιωάννης Γ΄ Δούκας Βατάτζης, Iōannēs III Doukas Batatzēs) (1192 – 3 de Novembro de 1254), foi imperador bizantino de Niceia (1221–1254).
VIDA
João Ducas Vatatzes era, provavelmente, filho do general Basílio Vatatzes e de uma prima, não identificada, dos imperadores Isaac II Ângelo e Aleixo III Ângelo.
Um soldado com uma carreira brilhante, proveninente de uma família com tradições militares, João foi escolhido pelo imperador Teodoro I Láscaris, em 1212, para marido da sua filha Irene Lascarina, e para herdeiro do trono. Esta decisão afastava da sucessão ao trono imperial no exílio vários membros da família Láscaris, e quando João III Ducas Vatatzes se tornou imperador em meados de Dezembro de 1221, teve de enfrentar diversos opositores ao seu governo. O conflito terminou com uma batalha em 1224, na qual os seus adversários foram derrotados apesar do apoio que o Império Latino de Constantinopla lhes dispensara. A vitória de João III teve como resultado a cedência de territórios pelo Império Latino em 1225, ao que se seguiu uma incursão pelos Gregos na Europa, durante a qual conquistaram Andrinopla.
Andrinopla foi arrebatada a João III por Teodoro I Comneno Ducas, déspota do Épiro e senhor de Tessalónica, que em 1227 repeliu os Bizantinos e anexou boa parte da Trácia. A morte de Teodoro às mãos de Ivan II Asen da Bulgária em 1230 e a consequente derrota dos Epirotas e perturbação política interna do Despotado, pôs fim ao perigo que representava Tessalónica, e João III fez uma aliança com a Bulgária contra o Império Latino. Em 1235 esta aliança teve como efeito a restauração do patriarcado búlgaro e o casamento entre a filha de Ivan II Asen e o filho de João III. Nesse mesmo ano os Búlgaros e os Bizantinos lançaram uma campanha contra o Império Latino, e em 1236 tentaram um cerco a Constantiopla. Detido o ataque diante das ainda inexpugnáveis fortificações da cidade, pouco tempo depois Ivan II passou a praticar uma política ambivalente, tornando-se na prática neutral, e deixando João III politicamente sozinho.
Apesar de alguns reveses frente ao Império Latino em 1240, João III conseguiu tirar partido da morte de Ivan II em 1241 para impôr a soberania bizantina à cidade de Tessalónica em 1242 e à maior parte da Trácia búlgara em 1246. Imediatamente a seguir, João III conseguiu estabelecer um bloqueio eficaz a Constantinopla, e os últimos anos do seu renado assistiram ao alargar da extensão do poderio Bizantino no Ocidente, onde João III se esforçou por conter a expansão do Despotado do Épiro.
João III Ducas Vatatzes foi um governante eficaz que estabeleceu firmemente as bases para a reconquista de Constantinopla. Conseguiu manter e gerir boas relações com os seus vizinhos mais poderosos, a Bulgária e o Sultanato de Rum, e a sua rede de relações diplomáticas estendia-se ao Sacro Império Romano-Germânico e à Santa Sé, enquanto que os seus exércitos incorporavam mercenários franceses.
A expansão do Império de Niceia pela Europa durante o reinado de João III incluiu não só a Trácia e a Macedónia como também as ilhas do Mar Egeu e a importante ilha de Rodes. Para mais, a João III são reconhecidos os méritos de ter desenvolvido cuidadosamente a economia e a prosperidade do seu império, bem como a aplicação da justiça. Apesar de sofrer deepilepsia, João III foi um comandante activo e presente tanto em tempo de paz quanto de guerra, e foi canonizado pouco depois da sua morte, com o nome de João o Misericordioso.
FAMILIA
João III Ducas Vatatzes casou-se em primeiras núpcias com Irene Lascarina, filha do imperador e antecessor de João III Teodoro I, em 1212. Tiveram um filho, o futuro Teodoro II Ducas Láscaris. Irene, por causa dos ferimentos sofridos numa queda de cavalo, perdeu a possibilidade de gerar mais flhos, e, adoptando o nome de Eugénia, retirou-se para um convento, onde veio a morrer em 1239. João III casou-se pela segunda vez com Constança (Ana) da Sicília, filha ilegítima do Imperador Frederico II, da sua amante Bianca Lancia. Não tiveram filhos.
The Oxford Dictionary of Byzantium, Oxford University Press, 1991.
John V.A. Fine Jr., The Late Medieval Balkans, Ann Arbor, 1987.
Em homenagem á minha bisavó a Princesa Theodora Vatatzes-Laskaris que com a sua coragem,não deixou acabar esta linhagem.
Contact:
THE ROYAL HOUSE DOMUS VATATZES
email:ordensdecavalaria@gmail.com
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AUTOKRATIC PALACE
LISBON
TITLES OF NOBILITY
Many are increasingly interested in the titles of nobility. However there are false entities. legally assign titles, The DOMUS Vatatzes will be happy to inform all interested in what they can Dynasties TRUE AND LEGALLY TITLES.
A Sagrada Y Constantiniana Ordem
da Águia Romana
A MAIS ANTIGA ORDEM EQUESTRE DO MUNDO
cada grau é equiparado a um título de Nobreza
A Sagrada Militar e Constantiniana Ordem da Águia Romana é uma Ordem Equestre com origem no império Romano, que por tradição, datam do imperador Constantino, após o aparecimento da Cruz antes da batalha com o seu rival Maxencio, e é, portanto, considerada uma das mais antigas ordens de cavalaria.
De acordo com a tradição, a instituição da Ordem Sagrada e Militar Constantinina é devido ao imperador Constantino o Grande (272-337 dC), a quem apareceu a Cruz luminosa com a divisa "In Hoc Sign Vinces" durante a batalha vitoriosa contra Maxentius na Ponte Milvian, aos portões de Roma, em 28 de outubro de 312.
O núcleo da Ordem teria sido formado por 150 cavaleiros selecionados da Guarda Pessoal do Imperador, que foram confiados com a custódia do Lábaro Imperial, no qual a cruz brilhava com o monograma de Cristo.
A instituição da Ordem Constantiniana foi feita a pedido do Papa São Sylvester I (314-335). Ele teria concedido aos cavaleiros uma capa de veludo celestial que, no caso do Grande Mestre, estava coberta de pano de prata no topo.
O símbolo da Ordem é uma cruz púrpura com os membros do flordelizado, cada uma das quais é preenchida com as letras "IHSV" ("In hoc Signo Vinces"), bordadas com ouro e carregadas no centro do monograma de Cristo (XP superpôs) com as letras gregas A e O pendentes, inserido No peito de uma águia.
Em Roma, um basão teria representado o Imperador Constantino o Grande, no seu trono e armado da Cruz, em ato de conferir aos seus capitães a Cruz Flordelisada. Esta representação foi acompanhada da inscrição "Constantinus Max: Imperator, postquam mundatus a lepra por meio de Baptismatis, Milite sive Equites Deauratos creat em tutelam Cristiani nominis", diz-se que teria sido um Arco do Triunfo Memorial.
Algumas vezes foi enfatizado que, enquanto na Europa Ocidental, o Ordo Equester desaparece com a queda do Império Romano do ocidente, a cavalaria renascida em novas bases inspiradas pelos costumes germânicos, é possível, uma vez , que no Império Romano do Oriente seja certa a continuidade histórica entre o velho Ordo Equester da velha republica/império romano e as instituições cavalheirescas posteriores.
Assim, sendo muito mais antiga do que as Ordens de Cavalaria criadas no século XII, a Ordem Constantiniana emerge e se desenvolve ao longo dos séculos como uma Ordem Militar que acrescenta a natureza da Ordem Religiosa.
O lírio e a cruz com os membros flor de liz, no frontal da águia imperial,foi mais tarde subestituido pelo monograma de Cristo, acompanhado pela primeira e última letra do alfabeto grego; motivos iconográficos que encontramos profusamente na iconografia romana e depois bizantina.
Um mosaico do século X-XI na Igreja de Santa Sofia de Constantinopla, representa Constantino o Grande oferecendo à Virgem, a cidade de Constantinopla; O Imperador usa uma toga decorada com lírios colocados na forma de braços de uma cruz nascida de um quadrante que encerra um círculo e um friso em X.
Propõe-se a propagação da Fé e da glorificação do sagrado Lábaro e faz sua contribuição de ação e atividade nas obras Socias e de Saúde. Trabalhar para a glorificação da cruz cristã, a pregação da fé Católica Ortodoxa e a defesa da Igreja .
2. Promover o bem-estar espiritual e físico dos doentes e deficientes, dos pobres, dos sem-teto e dos analfabetos; para ajudá-los e protegê-los e contribuir com seu apoio material e moral; estabelecer instituições de caridade cristã para atender às suas necessidades; cooperar com outras agências ou instituições que se envolvam em um trabalho similar; e, em geral, fazer todas as coisas e participar de todas e quaisquer atividades que, a juízo do Grande Mestre e do Conselho geral ou da Delegação, os quais sejam necessárias ou adequadas para cumprir os objetivos acima mencionados.
O documento mais antigo conhecido sobre os cavaleiros Constantinianos, que remonta a 1190 é o estatuto reformador do imperador do Oriente Angelo Flavio Isaac Comnenus IV.
Os príncipes da dinastia dos Angellos foram colocados sob a proteção espiritual do Patriarca de Alexandria através de uma Admoestação de 7 de novembro de 1575, na qual o Chefe da Casa foi designado como "Grande Mestre dos Cavaleiros Constantinianos". No ano seguinte, um resumo apostólico datado de 10 de outubro de 1576 reconheceu o direito dos "Cavaleiros Constantinianos ou Dourados" de obter benefícios eclesiásticos como membros de uma "Religião"(ordem religiosa).
Pesquisas recentes revelaram que um marinheiro espanhol famoso, Dom Miquel de Boera, Capitão Geral das Galeras do Rei Fernando o Católico de Aragão, era cavaleiro da Ordem no início do século XVI. Boera, cuja data de morte é desconhecida, ainda estava vivo em 1543. Seu túmulo foi restaurado para sua localização original na paróquia de Santa Ana em Barcelona, antiga Colegiada do Santo Sepulcro.Os primeiros estatutos publicados, em Veneza e no ano de 1573.
Os primeiros estatutos da Ordem foram publicados em Veneza, onde o Grande Mestre residiu em 1573, mais tarde reeditado em Piacenza (1575), Pádua (1577), Roma e Ravenna (1581), Milão e Bolonha (1583), Madri ) e Trento (1624). Neles não só foi invocado o fundamento bizantino da Ordem, mas o facto de que os estatutos do mesmo foram concedidos pelo imperador Isaac Angelo em 1191.
Os estatutos começam da seguinte forma:
"Noi Hieronimo Angelo, Principe di Tessaglia, e Conte di Drivasto Duca, ECC, dell'Illustre Sovrano e Gran Signore di Costantino Milícia Angélica Aureata, ordiniamo che semper stata se você comer e per la nella nostra passati Felicissima e Casa Imperial Angela cossi anco sia per l'Avvenire, CIOE, tutti che i nostri legittimi discendenti e naturali, Siano em perpétua Sovrani Patroni e Gran Signore de 'Cavalieri Aureati, Angelici, Costantino Magno di Sotto il nostro progenitore titolo e sotto la protezione San Giorgio Martire abençoado ".
Estes textos nos permitem identificar os primeiros membros conhecidos da Ordem, incluindo o nobre Pietro-Antonio, um oficial da Ordem.
O Grande Magistério passou de pai para filho na dinastia dos Comnenus até o último deles.
O atual Principe Grão-Mestre é o Despote( Soberano) da Domus Vatatzes Kyr Dom Armando I, Megaduque de Cária, e sucessor de sua Augusta Mãe S.A.R Dona Maria III Princesa Vatatzes.
A sede do poder na Ordem pertence ao Principe Gão-Mestre assistido pela Grande Chancelaria, cuja sede é em Lisboa.
O Grão-Mestre governa a Ordem, assistido pela Chancelaria, composta do Grande Prefeito, Grão Prior, Grande Inquisidor, Grand Chanceler, Grande Tesoureiro; Presidente, vice-presidente e secretário, e Deputados, nomeados por três anos.
SAR o Principe Grão-Mestre é assistido por um Conselho de Ciência e Direito Nobiliário, para a parte da dação de pareceres sobre os costados da nobreza,assim como de registo de documentos na Comissão de Ciência,Heráldica e Nobreza da Ordem.
Os cavaleiros e damas são divididos em quatro categorias: Justiça, Especial, Graça e Mérito.
A Ordem também está registrada e reconhecida como associação de fiéis.Com estatutos renovados, por S.A.R Dona Maria III Princesa Vatatzes.
A Ordem Constantiniana é uma instituição religiosa, neutra e apolítica, dedicada à promoção de ações assistenciais, humanitárias, culturais e patrimoniais de acordo com os princípios cristãos. A Ordem Constantiniana aspira a influenciar o mundo de hoje através da caridade, em áreas como assistência a pessoas ameaçadas pela pobreza, exclusão, guerra ou perseguidos por sua confissão religiosa, bem como na promoção de cultura como património material e imaterial.
No momento, é uma das mais antigas ordens equestres-religiosas de alcance internacional de que subsistem activas no mundo. Fundada no século 11 no Império Romano do Oriente e reconhecida como uma ordem religiosa desde o século XVI, a Ordem estabeleceu sua sede em Portugal há mais de 50 anos.
S.A.R Dona Maria III Princesa Vatatzes
A Santidade das Ordens religiosas aprovadas pela Autoridade Eclesiástica
Segundo Santo Tomás de Aquino
(Salamanca, 1925) Rev. Pe. Ignacio MENÉNDEZ-REIGADA, O.P.
Escrever contra toda uma Ordem religiosa é ímpio, temerário e mesmo suspeito de heresia. Santo Tomás adverte, no Opúsculo 19, cap. 4:
«Cum ergo per Apostolicam Sedem religiones aliquae institutae sint, ad praedicta, manifeste se damnabilem reddit quicumque talem religionem damnare conatur». [N. do T. – Trad. livre (com ajuda de antigas traduções esp. e ing.): “Dado, portanto, que é pela Sé Apostólica que certas Ordens religiosas foram instituídas para os referidos ministérios, segue-se que quem quer que pretenda condenar uma Ordem dessas mostra será, ele próprio, digno de condenação.”]
A Igreja aprova as Ordens religiosas com autoridade infalível, e quem se atreve a impugnar toda uma Ordem assim aprovada, virtualmente impugna a autoridade da Igreja mesma.
Uma Ordem religiosa, qualquer que seja ela, é santa em si mesma, ainda que os particulares por vezes deixem muito a desejar. Impugná-la, pois, a toda ela, ou escrever contra toda ela, é ímpio e supõe uma vontade perversa e uma intenção danosa.
ORDEM DE S.JOÃO III IMPERADOR ROMANO DO ORIENTE O MISERICORDIOSO
A Santa Ordem Soberana de S.João III O Misericordioso, Imperador do Sacro Império Romano do Oriente, foi fundada em 1970 por Sua Alteza Imperial Dona Maria José Barbára dos Vatatzes - Lascaris com o fundamento de conceder titulos de Nobreza de Cavaleiro e Dama a todos os que ajudem esta Ordem económicamente através de doações que se destinam a ajudar os mais carentes espalhados pelo mundo.
Após o reconhecimento canónico pela Santa Igreja Apostolica Catolica Ortodoxa, religião oficial do Antigo Império, Sua Alteza querendo manifestar a sua benevolencia a todos aqueles que defendem o Ecumenismo como fonte de entendimento entre os seres humanos
que acreditam em Deus.
Assim se ressuscita o Antigo Senado Herdeiro das tradições dos Romanos antigos, das suas tradições, liberdades e direitos assim como de deveres para com os mais necessitados.
O Grão-Mestre desta Ordem será sempre o Principe que chefia a DOMUS VATATZES-LASCARIS descendente em linha directa de S.A.I Maria José.
Tornando-se um Cavaleiro
Na idade de 7 ou 8 anos, garotos da nobreza eram mandados para viverem com grandes lordes como pagens. Os pagens aprendiam habilidades sociais básicas das mulheres da casa do lorde e começava o treinamento básico no uso de armas e a cavalgar. Na idade de 14 anos, o jovem se tornava escudeiro, um cavaleiro em treinamento.
Jovem sendo elevado à dignidade de cavaleiro
Escudeiros eram delegados a um cavaleiro que prosseguia com a educação do jovem. O escudeiro era o companheiro e servente do cavaleiro. Os deveres do escudeiro incluiam o polimento das armaduras e armas (propensas à ferrugem), ajudar seu cavaleiro a se vestir e despir, tomar conta de seus pertences e até dormir no vão ocupado pela porta como um guarda.
Nos torneios e batalhas, o escudeiro ajudava seu cavaleiro quando preciso. Ele levava armas substitutas e cavalos, tratava das feridas, afastava os cavaleiros feridos do perigo, ou garantia um enterro decente, se necessário. Em muitos casos o escudeiro ia à batalha com seu cavaleiro e lutava ao seu lado.
Um cavaleiro evitava lutar com um escudeiro do outro lado, se possível, procurando um cavaleiro de posição similar ou mais alta que a sua. Escudeiros, por sua vez, procuravam atacar cavaleiros inimigos, a fim de ganhar glória matando ou capturando um cavaleiro inimigo de maior categoria.
Além do treinamento marcial, os escudeiros se exercitavam em jogos, aprendiam pelo menos a ler, se não a escrever, e estudavam música, dança e canto.
Com 21 anos, o escudeiro era elegível para se tornar um cavaleiro. Candidatos adequados eram proclamados cavaleiros por um lorde ou outro cavaleiro de grande reputação. A cerimônia de se tornar um cavaleiro inicialmente era simples: geralmente, "recebia-se o título" no ombro com uma espada e depois afivelava-se um talim.
A cerimônia tornou-se mais elaborada e a Igreja ampliou o rito. Os candidatos tomavam banho, cortavam o cabelo curto e ficavam acordados a noite inteira numa vigília de reza. De manhã, o candidato recebia, de um cavaleiro, a espada e a espora.
A Cavalaria habitualmente só era atingível para aqueles que possuíam terras ou renda suficiente para cobrir as responsabilidades da classe. Lordes e bispos importantes podiam manter um considerável contingente de cavaleiros, entretanto, e muitos conseguiam emprego nessas circunstâncias. Escudeiros que lutassem particularmente bem poderiam ganhar o reconhecimento de um grande lorde durante a batalha e ser proclamados cavaleiros no campo de batalha.
Por volta do século XII, a aristocracia tendia a restringir o acesso de seus filhos à cavalaria. Antes do século XII, para os cavaleiros ordinários, a celebração se resumia à entrega pública de seus instrumentos de trabalho. Para os grandes senhores, filhos de reis ou condes, a sagração marcava, além do início na profissão militar, a entrada como futuros governantes. Para esses cavaleiros, a cerimônia era mais custosas, solenes e marcadas pela liturgia.
A passagem da espada
A bênção da espada era essencial. Colocada sobre um altar, ela era devolvida ao cavaleiro por um eclesiástico. Uma vigília de armas, preces, e um banho purificador muitas vezes precediam o ritual. Todavia, as sagrações não tinham sempre esse caráter litúrgico - o elemento central constante era a passagem pública da espada ao futuro cavaleiro. O ato da entrega da arma era acompanhado de um toque suave sobre a face ou nuca, técnica que se modificaria ao longo do tempo, para se transformar, no século XIV, em espaldeirada, golpe dado com o lado chato da lâmina da espada, sobre o ombro do cavaleiro. A cerimônia terminava com a entrega das esporas, em geral douradas, ajustadas aos pés do novo cavaleiro por dois de seus pares. Finalmente, ao cavaleiro era levado seu cavalo de combate (corcel), sobre o qual ele saltava inteiramente armado, para fazer a demonstração de seu valor em exercícios guerreiros.
Se na origem a cerimônia assinalava a entrada na profissão militar, transformou-se em colação de grau, em condecoração obtida ao longo da carreira, como agradecimento por serviços prestados.
A Cavalaria medieval se refere à instituição feudal dos cavaleiros nobres e aos ideais que lhe eram associados ou que lhe foram associados pela literatura, notadamente a coragem, a lealdade e a generosidade, bem como a noção de amor cortês.
Além dos cavaleiros (miles), homens que os senhores feudais eram obrigados a apresentar (lanças), a Cavalaria era constituída pelos escudeiros, cavaleiros das ordens religiosas e dos conselhos (também conhecidos por «cavaleiros-vilãos»).
Cada lança constituía uma fila formada pelo seu chefe, designado por homem de armas, pelo seu escudeiro, pelo pagem, dois arqueiros a cavalo ou besteiros e por um espadachim. Cinco ou seis filas formavam uma bandeira, subordinada a um chefe. E um certo número de bandeiras constituía uma companhia de homens de armas.
O grão-mestre de cada Ordem exercia o comando supremo destas milícias permanentes em que serviam de oficiais, os cavaleiros professos e de soldados, os servos e os lavradores das terras destas ordens monástico-militares.
Também lhes competia o tratamento de doentes e de feridos e, mesmo em tempo de paz, praticavam regularmente exercícios de adestramento militar. Competia-lhes defender as regiões fronteiriças, onde se instalavam castelos que constituíam a guarda avançada dos cristãos frente às terras dos muçulmanos.
Contrariamente aos outros militares, os monges guerreiros não recebiam remuneração, tendo de viver dos rendimentos próprios das suas ordens.
Regras de Cavalaria
Quando primeiro usado, o termo "cavalheirismo" significava habilidade em lidar com cavalos. O guerreiro de elite da Idade Média se distinguia dos camponeses, clérigos e deles mesmos por sua habilidade como cavaleiro e guerreiro. Cavalos fortes e velozes, armas bonitas e eficientes, e armaduras bem-feitas eram o símbolo de status.
Cena alegórica de mulher sob a proteção da cavalaria.
Por volta do século XII, o cavalheirismo se tornou um estilo de vida. As principais regras do código de cavalaria eram as seguintes:
Proteger as mulheres e os fracos;
Defender a justiça contra a injustiça e o mal;
Amar sua terra natal;
Defender a Igreja, mesmo com risco de morte.
Na prática, cavaleiros e aristocratas ignoravam o código de cavalaria quando lhes fosse apropriado. Hostilidades entre os nobres e lutas por terras tinham precedência sobre o código. O costume tribal germânico que determinava que as propriedades do chefe fossem divididas entre os filhos ao invés de passar para o mais velho, geralmente provocava guerras entre os irmãos pelos espólios. Um exemplo disso foi o conflito entre os netos de Carlos Magno. A Idade Média era infestada por guerras civis nas quais os grandes perdedores geralmente eram os camponeses.
No final da Idade Média, reis criaram ordens de cavalaria, que eram organizações exclusivas de distintos cavaleiros os quais juravam obediência ao rei e aos outros membros da ordem. Se tornar um membro de ordem de cavalaria era extrememente prestigioso, tornando um homem um dos mais importantes do reino.
Em 1347, durante a Guerra dos Cem Anos, Eduardo III, da Inglaterra, fundou a Ordem da Jarreteira, ainda existente hoje. Essa ordem consistia nos 25 melhores cavaleiros da Inglaterra e foi fundada para garantir a sua lealdade ao rei e a dedicação à vitória na guerra.
A Ordem do Velocino de Ouro foi estabelecida por Filipe, o bom, da Borgonha em 1430 e se tornou a mais rica e poderosa ordem na Europa. Luís XI, da França, estabeleceu a Ordem de São Miguel para controlar seus nobres mais importantes.
As Ordens de Calatrava, Santiago e Alcantara foram fundadas para expulsar os mouros da Espanha. Elas foram unificadas por Fernando de Aragão, cujo casamento com Isabel de Castela lançou as bases para um único reino espanhol. Ele se tornou mestre das três ordens, apesar delas se manterem separadas. A Cavalaria medieval foi um dos importantes meios de batalhas na idade media.
Heráldica
Para distinguir os cavaleiros no campo de batalha, um sistema de emblemas chamado heráldica foi desenvolvido. Para cada nobre foi desenvolvido um emblema especial para ser mostrado em seu escudo, sobretudo e bandeiras. O termo escudo de armas passou a designar o próprio emblema. Uma organização independente conhecida como Colégio dos Arautos desenhava brasões individuais e asseguravam que cada um era único. Os brasões eram registrados pelos arautos em livros especiais sob sua guarda.
Brasões eram passados de geração para geração e eram modificados pelo casamento. Certos desenhos eram reservados à realeza de diferentes paises. Pelo fim da Idade Média, cidades, guildas, e até proeminentes cidadãos não nobres receberam brasões.
No campo de batalha, combatentes usavam os brasões para distinguir amigos e inimigos e para escolher um adversário digno para uma luta corpo-a-corpo. Arautos faziam listas de cavaleiros prestes a lutar baseados em sua insígnias. Os arautos eram considerados neutros e atuavam como intermediários entre os dois exércitos. Dessa forma, eles podiam passar mensagens entre os defensores de um castelo ou cidade e seus sitiadores. Depois de uma batalha, os arautos identificavam os mortos pelos seus brasões.
A Santa Ordem Soberana de S.João III O Misericordioso, Imperador do Sacro Império Romano do Oriente, foi fundada em 1970 por Sua Alteza Imperial Dona Maria José Barbára dos Vatatzes - Lascaris com o fundamento de conceder titulos de Nobreza de Cavaleiro e Dama a todos os que ajudem esta Ordem económicamente através de doações que se destinam a ajudar os mais carentes espalhados pelo mundo.
Após o reconhecimento canónico pela Santa Igreja Apostolica Catolica Ortodoxa, religião oficial do Antigo Império, Sua Alteza querendo manifestar a sua benevolencia a todos aqueles que defendem o Ecumenismo como fonte de entendimento entre os seres humanos
que acreditam em Deus.
Assim se ressuscita o Antigo Senado Herdeiro das tradições dos Romanos antigos, das suas tradições, liberdades e direitos assim como de deveres para com os mais necessitados.
O Grão-Mestre desta Ordem será sempre o Principe que chefia a DOMUS VATATZES-LASCARIS descendente em linha directa de S.A.I Maria José.
Tornando-se um Cavaleiro
Na idade de 7 ou 8 anos, garotos da nobreza eram mandados para viverem com grandes lordes como pagens. Os pagens aprendiam habilidades sociais básicas das mulheres da casa do lorde e começava o treinamento básico no uso de armas e a cavalgar. Na idade de 14 anos, o jovem se tornava escudeiro, um cavaleiro em treinamento.
Jovem sendo elevado à dignidade de cavaleiro
Escudeiros eram delegados a um cavaleiro que prosseguia com a educação do jovem. O escudeiro era o companheiro e servente do cavaleiro. Os deveres do escudeiro incluiam o polimento das armaduras e armas (propensas à ferrugem), ajudar seu cavaleiro a se vestir e despir, tomar conta de seus pertences e até dormir no vão ocupado pela porta como um guarda.
Nos torneios e batalhas, o escudeiro ajudava seu cavaleiro quando preciso. Ele levava armas substitutas e cavalos, tratava das feridas, afastava os cavaleiros feridos do perigo, ou garantia um enterro decente, se necessário. Em muitos casos o escudeiro ia à batalha com seu cavaleiro e lutava ao seu lado.
Um cavaleiro evitava lutar com um escudeiro do outro lado, se possível, procurando um cavaleiro de posição similar ou mais alta que a sua. Escudeiros, por sua vez, procuravam atacar cavaleiros inimigos, a fim de ganhar glória matando ou capturando um cavaleiro inimigo de maior categoria.
Além do treinamento marcial, os escudeiros se exercitavam em jogos, aprendiam pelo menos a ler, se não a escrever, e estudavam música, dança e canto.
Com 21 anos, o escudeiro era elegível para se tornar um cavaleiro. Candidatos adequados eram proclamados cavaleiros por um lorde ou outro cavaleiro de grande reputação. A cerimônia de se tornar um cavaleiro inicialmente era simples: geralmente, "recebia-se o título" no ombro com uma espada e depois afivelava-se um talim.
A cerimônia tornou-se mais elaborada e a Igreja ampliou o rito. Os candidatos tomavam banho, cortavam o cabelo curto e ficavam acordados a noite inteira numa vigília de reza. De manhã, o candidato recebia, de um cavaleiro, a espada e a espora.
A Cavalaria habitualmente só era atingível para aqueles que possuíam terras ou renda suficiente para cobrir as responsabilidades da classe. Lordes e bispos importantes podiam manter um considerável contingente de cavaleiros, entretanto, e muitos conseguiam emprego nessas circunstâncias. Escudeiros que lutassem particularmente bem poderiam ganhar o reconhecimento de um grande lorde durante a batalha e ser proclamados cavaleiros no campo de batalha.
Por volta do século XII, a aristocracia tendia a restringir o acesso de seus filhos à cavalaria. Antes do século XII, para os cavaleiros ordinários, a celebração se resumia à entrega pública de seus instrumentos de trabalho. Para os grandes senhores, filhos de reis ou condes, a sagração marcava, além do início na profissão militar, a entrada como futuros governantes. Para esses cavaleiros, a cerimônia era mais custosas, solenes e marcadas pela liturgia.
A passagem da espada
A bênção da espada era essencial. Colocada sobre um altar, ela era devolvida ao cavaleiro por um eclesiástico. Uma vigília de armas, preces, e um banho purificador muitas vezes precediam o ritual. Todavia, as sagrações não tinham sempre esse caráter litúrgico - o elemento central constante era a passagem pública da espada ao futuro cavaleiro. O ato da entrega da arma era acompanhado de um toque suave sobre a face ou nuca, técnica que se modificaria ao longo do tempo, para se transformar, no século XIV, em espaldeirada, golpe dado com o lado chato da lâmina da espada, sobre o ombro do cavaleiro. A cerimônia terminava com a entrega das esporas, em geral douradas, ajustadas aos pés do novo cavaleiro por dois de seus pares. Finalmente, ao cavaleiro era levado seu cavalo de combate (corcel), sobre o qual ele saltava inteiramente armado, para fazer a demonstração de seu valor em exercícios guerreiros.
Se na origem a cerimônia assinalava a entrada na profissão militar, transformou-se em colação de grau, em condecoração obtida ao longo da carreira, como agradecimento por serviços prestados.
A Cavalaria medieval se refere à instituição feudal dos cavaleiros nobres e aos ideais que lhe eram associados ou que lhe foram associados pela literatura, notadamente a coragem, a lealdade e a generosidade, bem como a noção de amor cortês.
Além dos cavaleiros (miles), homens que os senhores feudais eram obrigados a apresentar (lanças), a Cavalaria era constituída pelos escudeiros, cavaleiros das ordens religiosas e dos conselhos (também conhecidos por «cavaleiros-vilãos»).
Cada lança constituía uma fila formada pelo seu chefe, designado por homem de armas, pelo seu escudeiro, pelo pagem, dois arqueiros a cavalo ou besteiros e por um espadachim. Cinco ou seis filas formavam uma bandeira, subordinada a um chefe. E um certo número de bandeiras constituía uma companhia de homens de armas.
O grão-mestre de cada Ordem exercia o comando supremo destas milícias permanentes em que serviam de oficiais, os cavaleiros professos e de soldados, os servos e os lavradores das terras destas ordens monástico-militares.
Também lhes competia o tratamento de doentes e de feridos e, mesmo em tempo de paz, praticavam regularmente exercícios de adestramento militar. Competia-lhes defender as regiões fronteiriças, onde se instalavam castelos que constituíam a guarda avançada dos cristãos frente às terras dos muçulmanos.
Contrariamente aos outros militares, os monges guerreiros não recebiam remuneração, tendo de viver dos rendimentos próprios das suas ordens.
Regras de Cavalaria
Quando primeiro usado, o termo "cavalheirismo" significava habilidade em lidar com cavalos. O guerreiro de elite da Idade Média se distinguia dos camponeses, clérigos e deles mesmos por sua habilidade como cavaleiro e guerreiro. Cavalos fortes e velozes, armas bonitas e eficientes, e armaduras bem-feitas eram o símbolo de status.
Cena alegórica de mulher sob a proteção da cavalaria.
Por volta do século XII, o cavalheirismo se tornou um estilo de vida. As principais regras do código de cavalaria eram as seguintes:
Proteger as mulheres e os fracos;
Defender a justiça contra a injustiça e o mal;
Amar sua terra natal;
Defender a Igreja, mesmo com risco de morte.
Na prática, cavaleiros e aristocratas ignoravam o código de cavalaria quando lhes fosse apropriado. Hostilidades entre os nobres e lutas por terras tinham precedência sobre o código. O costume tribal germânico que determinava que as propriedades do chefe fossem divididas entre os filhos ao invés de passar para o mais velho, geralmente provocava guerras entre os irmãos pelos espólios. Um exemplo disso foi o conflito entre os netos de Carlos Magno. A Idade Média era infestada por guerras civis nas quais os grandes perdedores geralmente eram os camponeses.
No final da Idade Média, reis criaram ordens de cavalaria, que eram organizações exclusivas de distintos cavaleiros os quais juravam obediência ao rei e aos outros membros da ordem. Se tornar um membro de ordem de cavalaria era extrememente prestigioso, tornando um homem um dos mais importantes do reino.
Em 1347, durante a Guerra dos Cem Anos, Eduardo III, da Inglaterra, fundou a Ordem da Jarreteira, ainda existente hoje. Essa ordem consistia nos 25 melhores cavaleiros da Inglaterra e foi fundada para garantir a sua lealdade ao rei e a dedicação à vitória na guerra.
A Ordem do Velocino de Ouro foi estabelecida por Filipe, o bom, da Borgonha em 1430 e se tornou a mais rica e poderosa ordem na Europa. Luís XI, da França, estabeleceu a Ordem de São Miguel para controlar seus nobres mais importantes.
As Ordens de Calatrava, Santiago e Alcantara foram fundadas para expulsar os mouros da Espanha. Elas foram unificadas por Fernando de Aragão, cujo casamento com Isabel de Castela lançou as bases para um único reino espanhol. Ele se tornou mestre das três ordens, apesar delas se manterem separadas. A Cavalaria medieval foi um dos importantes meios de batalhas na idade media.
Heráldica
Para distinguir os cavaleiros no campo de batalha, um sistema de emblemas chamado heráldica foi desenvolvido. Para cada nobre foi desenvolvido um emblema especial para ser mostrado em seu escudo, sobretudo e bandeiras. O termo escudo de armas passou a designar o próprio emblema. Uma organização independente conhecida como Colégio dos Arautos desenhava brasões individuais e asseguravam que cada um era único. Os brasões eram registrados pelos arautos em livros especiais sob sua guarda.
Brasões eram passados de geração para geração e eram modificados pelo casamento. Certos desenhos eram reservados à realeza de diferentes paises. Pelo fim da Idade Média, cidades, guildas, e até proeminentes cidadãos não nobres receberam brasões.
No campo de batalha, combatentes usavam os brasões para distinguir amigos e inimigos e para escolher um adversário digno para uma luta corpo-a-corpo. Arautos faziam listas de cavaleiros prestes a lutar baseados em sua insígnias. Os arautos eram considerados neutros e atuavam como intermediários entre os dois exércitos. Dessa forma, eles podiam passar mensagens entre os defensores de um castelo ou cidade e seus sitiadores. Depois de uma batalha, os arautos identificavam os mortos pelos seus brasões.
THE ROYAL HOUSE DOMUS VATATZES
email:ordensdecavalaria@gmail.com
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